Lapacho Sagrado: El Árbol del Paraíso Guaraní que Marca Territorios y Transmite Fuerza
En las raíces profundas de la mitología guaraní florece una de las leyendas más simbólicas del corazón de Sudamérica: la del tajy, conocido también como lapacho. Este árbol de flores vibrantes —rosadas, amarillas y blancas— no solo embellece el paisaje, sino que representa un legado ancestral de identidad y poder espiritual.
La leyenda cuenta que, cuando se anunció la separación de los hermanos Tupí y Guaraní, el dios supremo Tupã Tenondete, protector de los pueblos guaraníes, les encomendó una misión sagrada. Les entregó semillas de un árbol celestial traído del Yvagá —el paraíso guaraní— y les dijo: “Allí donde planten estas semillas y crezcan los tajy, marcarán las tierras que les pertenecerán”.
Tupã prometió que los árboles serían fuertes y duraderos, y que de su madera podrían fabricarse utensilios indispensables: desde canoas y herramientas, hasta armas, casas y objetos ceremoniales. El tajy no solo fue símbolo de conquista territorial, sino también un canal de energía espiritual.
Desde entonces, los guaraníes creen que el lapacho guarda en su savia la fortaleza de Tupã. Tocar su tronco o contemplar sus flores es, para ellos, una forma de conectarse con la divinidad. Por eso, lo llaman con reverencia: "el árbol de Yvagá", o el árbol de Tupã Tenondete.
Hoy, en cada camino surcado por pueblos guaraníes, el tajy continúa floreciendo como un testimonio vivo de una herencia espiritual que sigue echando raíces en la historia y la naturaleza de América Latina.